sábado, 21 de enero de 2012

Capitulo 34.





Capitulo 34

-¿Miedo?
-Te tengo miedo.-dije inconscientemente mientras lo miraba y retrocedía.
Mi vista se torno borrosa, las lágrimas se desbordaban por mis mejillas sin parar y sin pedir permiso. Lágrimas de miedo.
Sentí como mis piernas tambaleaban y luchaban por mantenerse firmes mientras mi temperatura bajaba y mi piel se erizaba y palidecía.
-Cassandra..-dijo él alzando una mano para tomar mi mentón y secar mis lágrimas.
En esos momentos yo no controlaba mi cuerpo, el miedo se había apoderado de mí.
Alce mi mano y golpee la suya haciendo que se retractara.
-No me toques...-dije y di un paso hacia atrás.
Él me miro con tristeza y yo trague saliva.

Si él es un vampiro.. ¿Me comerá? 

-Cassandra.. Perdóname porfavor, lo último que desearía en este mundo, es tu rechazo.-dijo él con la voz cortada.
-Me mentiste... ¿PORQUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES? ¡ME ENGAÑASTE TODOS ESTOS AÑOS! ¡ME SIENTO COMO UNA IDIOTA! SI ME LO HUBIERAS DICHO ANTES, tal vez todo sería más fácil para mí de comprender...
-Si no te lo dije antes es porque temía que reaccionaras así.
-¿Cómo querías que reaccionara? ¿Feliz y campante mientras tú y tus amiguitos andaban por ahí seguro comiéndose a los míos?¡Me haz ocultado algo como esto por tantos años! Me siento una tonta, un cero a la izquierda, creí que yo significaba algo para ti, que esas visitas cada semana significaban algo, que tenías un poco de confianza en mí, pero ahora que lo pienso, no se nada de ti... Soy una ingenua.
-Cassandra... no digas eso, me duele pensar que te sientes así por mi culpa, tu dolor es mi infierno, tus lágrimas son azotes sangrientos para mí, tu rechazo es mi muerte. Cassandra... -intentó acercarse a mí pero yo retrocedí dejando la misma distancia entre los dos y él cerro sus ojos con fuerza- ¿Ya no sientes nada por mí?

Miedo-pensé.

No pude articular palabra, un nudo inmenso se había formado en mi garganta.
-No me odies... Te lo ruego, es todo lo que te pido.
-Jamás te odiaría, no podría hacer algo así, nunca.
Una sonrisa se dibujo es su rostro.
-No sabes cual feliz me has hecho, y-lo interrumpí.
-Dije que jamás te odiaría, más no dije que no te tendría miedo.-continúe.
378804_10150497319688762_557443761_8422321_454484651_n_largeTan pronto como su sonrisa había aparecido, se esfumo. El ambiente se torno tenso y sentí escalofríos.
-Respecto a tu pregunta... No lo se.-dije después de un intermedio de silencio incomodo y meditarlo bien.-.....Necesito tiempo.
-Si lo que deseas es tiempo, te daré el tiempo que tú quieras, ten por seguro que mis sentimientos por ti no cambiarán.-dijo el sonriéndome y llenándome de un placentero calor dejándome algo abrumada.

Él había reaccionado tan diferente a Bill, tan pasivo y comprensivo, mientras que Bill estalló en celos en segundos.
Ellos dos eran tan... diferentes.
¿Cómo iba a hacer yo para elegir?

-Gracias...Me voy, chau.

Salí de allí lo más pronto que pude.
Las lágrimas ya habían parado y yo controlaba mi cuerpo de nuevo.
Llegue a mi dormitorio y me tumbé boca abajo en la cama.
En estos momentos lo único en que podía pensar era en lo mucho que deseaba que Bill tocara la puerta del balcón y entrara a consolarme, a envolverme en sus brazos y calmarme con su respiración sobre mí cuello. Pero él no iba a hacerlo.
Ni siquiera mi mejor amiga estaba aquí para consolarme.
Ni mi mejor amigo.
Nadie.
Los tres están seguramente divirtiéndose por el internado mientras yo me encuentro aquí reprimiéndome a mi misma, sola.

-MALDITA SEA.

Una imagen de Luke atravesando el cuerpo de una chica con el brazo completamente ensangrentado y luego sacándolo con fuerza y lamiéndolo, apareció en mi cabeza.
Me llene de escalofríos y me estremecí.
Me escondí debajo de las sabanas y abrace mi almohada.
Tenía miedo.
Esa imagen era algo más un recuerdo que un pensamiento.
El hecho de pensar eso hizo que me estremeciera aun más y me provocara llorar, de miedo.

Sangre.

Me comerán, los vampiros me comerán.

Tengo miedo.

Luke me comerá.

-¡NO!-grité-¡Para ya, para, para, para!-dije mientras me cubría los oídos e intentaba borrar aquella imagen de mi cabeza.
Después de un rato de llanto, me quede dormida con el maquillaje corrido y el uniforme puesto.


Bill...

-Vale, vale, vale, ya estoy listo ¿Luzco bien?-pregunté mientras me sacudía un poco los pantalones negros que llevaba puestos y me arremangaba la camisa blanca lisa que llevaba puesta.
-Si, Bill. Ahora vámonos o llegaremos tarde a La Asociación.-dijo Mike buscando las llaves del auto.
-Claro.-asentí y me subí al auto.
Hoy iría a presentarme como aprendiz de cazador, y si tenía suerte me aceptarían y asignarían un profesor. Mike y John iban a arreglar todo para que ellos fueran mis profesores.

398703_334764806534768_157624080915509_1444201_461100935_n_largeLlegamos hasta una parte del pueblo que jamás había visto.
Era sombría y había grafittis en cada pared.
-Aquí es.-dijo John estacionándose frente a un basurero.
-¿Aquí? Pero si yo no veo ninguna puerta.-dije confundido.
Ellos bufaron.
-Tan inocente el niño, ¡déjame pellizcarte las mejillas lindurita!-dijo Mike acosándome y pellizcando mis mejillas.
-¡Ya! Explíquenme como vamos a entrar, mejor dicho ¿Dónde demonios esta La Asociación?
Ellos rieron y golpearon la pared cinco veces con un intermedio entre el cuarto y quinto toque.
La pared estaba hueca.
Esta se abrió.
Intente ocultar mi asombro para no parecer imbécil.
-Bienvenidos.-dijo un hombre bastante fuerte y saludable para su edad y una cicatriz en el cuello.
-Vamos.-dijo John.
Entramos, el lugar era bastante amplio para mi sorpresa, había gente por doquier, mejor dicho hombres. Algunos nos dedicaban miradas asesinas, pero a mi no me intimidaban, al contrario, mi mirada hacia que se retractaran.
Sonreí para mis adentros.
-Bien, el presidente los espera.-dijo un chico de unos 23 años diría yo, bastante joven.
-Gracias.-dijo Mike y entramos a una gran oficina. Y cuando digo gran es por GRANDE.
Era inmensa y bastante lujosa para mi gusto. Yo iba detrás de Mike & John con las manos en los bolsillos mirando la oficina.
-Mike & John Morrinson, ¡Tanto tiempo!-dijo un hombre barbudo y algo viejo, le calcule como unos 50 años.
-Lo sé...-dijo Mike con una sonrisa fingida.
-Tomen asiento, porfavor.
Los tres nos sentamos en unos asientos de cuero guindos que estaban frente al escritorio del hombre barbudo, supuse que era el presidente.
-Tengo entendido que vienen por el chico. 
-Si, esta decidido a convertirse en un aprendiz.-dijo John con tono serio. 
-Así que.. ¿Un aprendiz eh?-dijo el hombre barbudo mirándome con curiosidad. Le dedique una mirada asesina y le causo gracia. -¡Tiene carácter eh!-río.-Vale, vale ¿Cuál es tu nombre muchachito?-dijo con una enorme sonrisa en su rostro. 
-Bill, Bill Kaulitz. 
Su sonrisa desapareció. 
-Creí que era tu hijo Mike. 
-Lo es, adoptado... 
-Lo siento, no puedo hacer nada por ustedes.-dijo el presidente. 
-¿Qué? ¡Pero presidente!-levantó la voz Mike. 
-No hay cupo. 
-¿Desde cuando se necesita cupo? ¡Esto es una tontería! 
-Lo siento muchachos, retírense porfavor. 
-NO.-dije levantándome bruscamente de mi asiento, golpeando la mesa con las manos. 
-¿Disculpa?-preguntó el presidente dedicándome esa mirada de curiosidad nuevamente. 
-¿Qué no escucho? Le dije que no me voy, no pienso mover mi trasero de aquí hasta que usted me acepte y me de un maestro. 
El río por lo bajo. 
-Haz lo que quieras. 
-¿Seguro? 
-Claro. 
-Vale, ustedes dos, será mejor que se vayan al internado, estaré aquí por un buen rato.-dije sentándome con los brazos cruzados.
-Bill, no seas irrespetuoso.-dijo Mike nervioso. 
-Vale, hagan lo que les digo.-dije decidido. 
-Pero..-dijo John. 
-Déjalo, esto será interesante.-dijo el barbudo con una sonrisa en su rostro. 
Ellos asintieron y se marcharon. Yo solo me quede allí mirándolo en silencio, él parecía divertido. 

Gente entraba y salía de la oficina, y yo seguía allí. 
Hubo momentos en los que él se ponía de pie y salía de la oficina y yo lo seguía. 
Comenzó a molestarse, pues al parecer había asuntos que no podía discutir frente a mí, ¡PUNTOS PARA MÍ! 

-Chico ¿No te cansas de esto? Llevas 4 horas haciéndolo.-dijo el mismo hombre de la entrada. 
-No, no pienso marcharme hasta que me acepte como un aprendiz.-dije sin dudarlo un segundo. 
-Vale, desde que te vi supe que tenías carácter, esto es una locura.-río. 
Yo solo lo mire y seguí con lo mío, acosar al presidente. 
Pasaron otras dos horas, ya era bastante noche la verdad...  

-¡Ya! ¡Entiende que no te puedo aceptar como aprendiz! 
-¿Porqué?-dije apretando los dientes regalándole una mirada retadora. 
-Porque no hay cupo, tan simple como eso. 
-Tengo entendido que eso del cupo no existe. Lo sé, me entero rápido de las cosas. ¿Porqué no me quiere aquí? 
-...Chico, debes entenderlo, esto es un trabajo peligroso, no puedo arriesgarte. 
-¡Si no quería arriesgarme pudo haberlo negado por teléfono! ¿Para que aceptar la cita? Es decir, ¿Para que hacernos venir hasta aquí para nada? Algo tiene en contra de mí. 
-¡PARA YA! Estas colmando mi paciencia chiquillo, lo mejor será que te largues, ya es tarde. 
-Vale, volveré mañana, de mí no se librara tan fácil.-sonreí y el igual. 
-Esta bien.-se encogió de hombros. 

Llamé a Mike para que pasara por mí. 
Lo espere en la entrada de La Asociación, estaba realmente oscuro y frío, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón y mire alrededor esperando por señas del auto de Mike. De pronto pude notar una silueta moviéndose rápidamente en el callejón. Al principio pensé que podría ser un vampiro o algo por el estilo en busca de información o buscando guerra, pero luego vi que llevaba un arma, como una de esas que había visto que llevaban los cazadores allí dentro. 

-¡MUEVETE!-dijo una voz suave y grave, que voz tan peculiar para un chico. 
No reaccione y acto seguido se estrelló contra mí cayendo yo sobre él. 
-Auch.. Lo siento hermano.-dije al reaccionar e intentar levantarme, pero este se me adelanto y me hizo rodar quedando él sobre mí apuntándome con una pistola extraña.-¡Ey tranquilo! 
-¿A quién le dices tranquilo, idiota? 
Lo mire bien... 
-Si, soy una chica. 
Abrí los ojos como platos, era cierto. 
A pesar de sus extrañas ropas de cazador, su fuerza, y su manera de hablar, tenía las pestañas bastante largas, labios carnosos y una trenza que por poco y no se le notaba. 
-Oh, perdón... Te confundí. 
-¿Qué demonios haces aquí? Contesta.-dijo quitándole el seguro al gatillo. 
-Vale, aleja eso de mí, yo estoy esperando a que me recojan. Vine por una solicitud de aprendiz. 
-¿Aprendiz?-repitió y se quito de encima mio para doblarse de la risa.-¿Tú? ¡Jamás podrás ser un aprendiz de cazador!  ¡Ni siquiera pudiste esquivarme! Porfavor, deja de hacerme reír.-dijo en tono de burla. 
-Ya lo veremos linda, ya lo veremos.-dije ya de pie sacudiéndome y guiñándole un ojo. 
Le ofrecí mi mano para que se pusiera de pie pero ella la rechazo y se levantó rápidamente y se sacudió los pantalones. 
Esta chica tenía un carácter peor que el de Cassandra. 

Caminaba como un chico, hablaba como un chico, tenia el carácter de un chico, pero era una chica. 

Dio cinco toques tal y como hizo Mike, y entró a La Asociación. 
Sonreí por lo bajo y metí mis manos a los bolsillos esperando por Mike. 
Me sentí vigilado por un momento. Mire hacia donde sentía que me miraban, y no había nada, la sensación desapareció cuando Mike llego unos segundos después. 
Subí al asiento del copiloto y nos dirigimos al internado. 

-¿Y?-preguntó Mike rompiendo el silencio. 
-¿Y qué? 
-¿Cómo te fue? ¿Lo conseguiste? 
-Tomará tiempo, el viejo es un testarudo. 
-Tan irrespetuoso como siempre Bill-río. 

-Oye.. Y a todo esto ¿A qué se refería el presidente cuando dijo "Tanto tiempo"? Es decir, ¿De donde se conocen? 
-Viejos amigos.-contestó tan pronto como yo termine mi pregunta, como si fuera una respuesta formulada... 

¿Me estaría ocultando algo? 


Cassandra... 

Desperté. Me había perdido el primer periodo de clases, ahora seguro era el almuerzo. 
Estaba arropada, me levanté y me mire en el espejo, tenía unas ojeras enormes y estaba hecha un desastre. Había una pequeña nota a un lado del tocador. 

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"Pensé en despertarte, pero te veías muy cansada, así que te deje dormir, tienes muchas cosas que contarme querida, y yo también tengo cosas que contarte...  

Besos!                               Marjorie " 

Algo olía mal, ostia, era yo kashaskakha. 
No me había duchado anoche. 
Tome un vestido azul, unas medias negras, un suéter gris y unas zapatillas negras y me dirigí al baño. 
Me desvestí y entre a la ducha. 
Las llaves no abrían. 
Suspire y me envolví en la toalla, iba a tener que ducharme en las duchas para chicas que se encontraba al final del pasillo por suerte.  
Estaba realmente helado, me frote los brazos y entre al baño. Deje mis cosas en una banca que estaba por ahí junto a los lavabos, y me metí a una ducha que tenía la puerta tan pequeña que dejaba al descubiertas mis piernas un poco abajo de la rodilla hacia abajo y algo de la espalda. 
Esta si funcionaba, ALELUYA!
Me puse el acondicionador y me sentí vigilada, me giré y no había nada mas que yo y mi reflejo en el espejo que estaba en los lavabos. 
Respire profundo y me seguí enjabonando. 
Volví a sentirme vigilada y esta vez escuche las llaves abrirse. 
Se abrieron una a una. 
-¿Qué demonios?-dije y me cubrí el torso con un brazo y busque mi toalla con la otra pero no veía bien por el vapor del agua caliente. 
-¿Buscabas esto? 

Reconocí su voz y me estremecí. 
Nicolas. 

-Dámela.-dije con un nudo en la garganta. 
-No.-dijo divertido.-Ven por ella. 
-¡Pero por supuesto que no haré eso!-dije levantando la voz. 
-CALLA, a mi no me levantes la voz si no quieres que te degollé aquí mismo. 
-No puedes hacer eso, todos sabrían que fuiste tú. 
-O los hombres de la otra vez... 
-Maldito... -susurré pero él me escucho. 
-Háblame con mas respeto. 

El agua se puso mas y mas caliente hasta que comenzó a quemarme. Grite del dolor y él sonrío con placer. 

-Eso no es nada de lo mucho que puedo hacer... Así que, cuidado linda.-me guiño un ojo. 
-Me das asco. 
-¡Shshshsh! Calla linda, no te metas en problemas, no queremos arruinar ese lindo rostro.-dijo sosteniéndome del mentón bruscamente. 
-¿Ahora me dices linda? Ja. 
-Sentiré odio por ti pero no soy mentiroso, no estas nada mal...-me recorrió con la mirada y me soltó empujándome un poco contra la pared. 
-Idiota, vas a pagar por esto, algún día, te lo juro.-dije con lágrimas en los ojos. 

Él me había humillado. 

-Lo mejor será que te quedes callada si no quieres morir o que algo le pase a tus amiguitos. 
-A ellos no los metas en esto. 
-Cállate inmunda, eso eres, una inmunda, una blasfemia, solo eso, recuérdalo bien y actúa como lo que eres, jamás llegaras al nivel de alguien como Luke y yo, pobrecilla.-dijo con todo el desprecio del mundo y desapareció. 

Me abrace con fuerzas, estaba temblando. 
Ese tipo esta loco, y me da miedo pensar de lo que era capaz. 
Ahora no era solo yo, eran todos los que estaban en peligro. 

¿Qué demonios quiere de mí?  

Al día siguiente asistí a clases, los de último año ya no me seguían a todas partes, pero yo tenía la ligera sospecha de que aún me vigilaban. 
Me sentía mas cómoda. 
Llegué a la primera clase y me senté en mi previsto lugar. Saqué mis libros y recargué mi mentón sobre mi mano derecha. 
Aún tenía las peores ojeras del mundo, por culpa de Nicolas no había podido pegar un ojo en toda la noche, ni siquiera tenía apetito. 

-Ew, que fea Cassandra.-dijo Tom sentándose junto a mí. 
-Cállate. 
-¡Y que humor! Así jamás conseguirás marido querida. 
Lo fulmine con la mirada y río. 
-¿Porqué faltaste ayer? 
-...No me sentía bien, es todo. 
-¿Segura? ¿Ocurre algo malo? 
Suspire. 
-Todo bien. 
-Vale... Ya sabes que puedes contarme lo que sea Cassie. 
Asentí y sonreí. 
-Gracias bobito-lo abracé-Te quiero. 
-Yo también chimolstrufia.-sonrío y me devolvió el abrazo.
-Que ternuritas.-dijo Caroline con tono de sarcasmo.
-¿Que quieres pesada?-pregunte separándome de Tom.
-¿Han visto a Bill? Ayer lo busque por todos lados y jamás lo encontré, supuse que estaba con ustedes.
-Pues no, y si supiera igual no te lo diría.-sonreí para molestarla.
-Agh, estúpida.-dijo y se fue.
-No mas que tu, pff, ¡odio a esa pesada!
-Esta linda.-dijo Tom y lo fulmine.-Bueno bueno, ¡pero de nada le sirve con esa personalidad tan castrosa!
-Mucho mejor.
Marjorie llego a la clase y se sentó algo seria junto a mi, Tom parecía algo serio, o mejor dicho nervioso también.

¿Habra pasado algo entre estos dos?

Pude ver a Bill entrar a la clase a penas al tocar el timbre, esquivar a Caroline y sentarse en su lugar.
Si Bill no había estado con Marjorie y Tom ayer...

¿Donde se había metido?

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Espero que les haya gustado! mañana les subo el otro:) Si me tardo un poco es porque los subo desde el ipod y tengo que corregir errores y editar los capitulos,muchas gracias por la ayuda!

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