Capitulo 36.
Bill...
-Creo que lo mejor será que regrese a mi pieza.-dijo ella poniéndose de pie pero yo la detuve.
-¿No irás a cenar?
-Nop.-negó dulcemente con la cabeza.-últimamente no he tenido mucho apetito.
-¿Estas enferma? Si quieres podemos ir a la enfermería o llamar a un doctor.
-No, no es eso, mejor dicho, no sé, supongo que es el estrés, soy un imán de problemas.-río nerviosa y mire bien sus ojeras, no había dormido bien.
-Vamos.-dije tomando su mano y caminando fuera de la habitación.
-¿Qué? ¿A dónde? Bill, si me ven salir de aquí me reportarán.
-Al comedor, iremos a que comas algo, no es bueno que te mates de hambre por preocupación, sea lo que sea que te esta preocupando, le irá mal, ya sabes que puedes contarme lo que quieras.
-Lo sé, lo sé... -dijo con la voz apagada-.. Bill, no quiero cenar, enserio, no tengo apetito, prefiero dormir un poco.-dijo deteniendo el paso.
-No, te enfermarás, vamos.
Intenté seguir caminando pero ella seguía parada.
-No.
-No me obligues, Cassie.-alce las cejas en señal de advertencia.
-N-O.
-Di que yo te advertí.-la tome de la cintura y la cargue en mi hombro.
-¡Bájame animal!-dijo pataleando y dándome pequeños golpes en la espalda mientras yo reía.
Siguió así como por medio camino, después se canso y se cruzo de brazos.
-¿Porqué estabas tan malhumorado cuando me viste?-preguntó.
-Por algo que ocurrió en La Asociación.
-¿Qué?
-¿Recuerdas que te dije que finalmente me aceptaron y que me dieron un maestro?-ella asintió-Bueno, yo tenía planeado que me asignaran a Mike o John, para que fuera mas sencillo y que no tuviera la necesidad de ir a La Asociación a diario, pero no, tuvieron que asignarme a un imbécil que no tengo ni la más puta idea de quien es.
-¿Sabes? Hablaríamos mejor si me bajaras.
La baje de mis hombros y camino a mi lado.
-Vale, ¿Y cómo se llama?
-Aún no lo se, llega mañana al pueblo.
-Oh, pues espero que te comportes, eres muy maleducado con los maestros.
-¿Eh? Bueno no lo niego, nadie debe mandarme.
-Yo si.
-No.
-Si, y ¿Quieres saber por qué?
-No, y si.
-Porqué soy mujer, y las mujeres tenemos ese algo que los hombres no pueden discutir.-sonrío.
Maldita, tenía razón, me tenía comiendo de la palma de su mano.
-Vale, es cierto, pero te falto algo.
-¿Qué?-pregunto mirándome con aquellos ojos azules que yo daba lo que fuera porque me miraran.
-Que me controlas porque tienes ese algo, y esto.-dije tomando su mano y poniéndola en mi pecho donde se encuentra al corazón.
Ella se abochorno y retiro su mano inmediatamente y acelero el paso.
Reí.
Me encantaba verla así.
-Pensé que no tenías hambre ¿Porqué tanta prisa?
-Cállate, ahora si tengo.
Reí y finalmente llegamos al comedor.
Nos sentamos con Tom y Marjorie, cuando llegamos los encontramos entre risas y miradas delatoras.
Estos dos finalmente traían algo.
Varias veces Tom intentó tomar su mano, pero ella la ocultaba bajo la mesa o se movía.
Eso debía tener mas que frustrado a mi hermanito.
Tom...
Marjorie estaba jugando conmigo.
Un segundo me sonríe, y al otro ni siquiera me mira.
Me encanta.
Si hay algo que me gusta en una mujer es que se haga del rogar, las fáciles no me interesan más de una noche.
Pero Marjorie, ella es diferente, cuando la miro, es diferente a cuando miro a las demás, es como si mis ojos no quisieran mirar otra cosa.
La idea de estar enamorado es absurda, lo único que quiero es hacer a esa preciosura mía, o al menos eso pienso por ahora.
Enamorarme no esta en mis planes.
Yo le lanzaba miradas juguetonas y ella se sonrojaba, se veía linda.
¿Qué tiene esta chica que me vuelve loco?
Al día siguiente....
Bill...
El día fue de lo más normal, termine las clases y hoy por suerte no me tocaba darle clases a Caroline, así que me fui directamente a La Asociación. Hoy iba a conocer a mi maestro.
Ahora me encontraba sentado en un sofá de por allí esperando a mi nuevo maestro.
-¿Esperando a tu maestro?-pregunto Josh, aquel hombre que siempre estaba en la entrada, me había hecho amigo de él.
-Si, el inútil ya lleva 13 minutos de clase desperdiciados, y no pienso regresárselos.-dije con malhumor.
-Vale chico, yo lo conozco, y será mejor que no le digas así en su cara o te irá mal.-río y yo lo fulmine con la mirada.
-¿Osease que tiene mal carácter? Dudo mucho que tenga peor carácter que yo.
-Créeme, lo tiene.
Escuchamos como alguien llego con mucho escandalo azotando la puerta y dando fuertes pisadas, mejor dicho caminando de lo más normal con unas botas ruidosas.
Lo miré, era un hombre como de la edad de Mike y John, cabello negro algo largo, no le pasaba a los hombros. Usaba un sombrero y un saco de cuero café, botas negras, una camisa negra abotonada hasta el antepenúltimo botón dejando ver algo de su pecho y unos pantalones algo ajustados.
-Llegas tarde.-dije sin mirarlo mientras pasaba por un lado mio.
Se detuvo y dio media vuelta y me miro fríamente.
Nuestras miradas chocaron, como si estuvieran en una pelea de quien es mas fuerte que quien.
No hubiéramos parado si no fuera por el presidente que nos interrumpió.
-¡Fred! Que gusto verte.-dijo sonriente el presidente.
-Quisiera decir lo mismo.-dijo él aun con su mirada atemorizante sobre mí.
-Veo que ya se conocieron.-dijo el presidente.
-Si se refiere a este hombre y a mí, esta equivocado, lo único que ha pasado aquí es la llegada escandalosa de este hombre, que por cierto retrasada.-dije retándolo con la mirada.
-Bueno, ya, calmados muchachos, si continúan así creo que terminaran matándose, supuse que esto seria algo así.
Ambos respiramos profundo, cerramos los ojos mientras lo hacíamos, y los abrimos al mismo tiempo para mirar al presidente.
El solo río.
-Vale, te presento a tu maestro, Frederick Peete.
-Será mejor que seas bueno gusano, no me hagas malgastar mi tiempo.
-Ya para Fred, te presento a tu aprendiz, Bill Kaulitz.
Frederick miro de reojo al presidente algo indeciso, y luego me miro a mi nuevamente.
-Mas te vale que seas bueno viejo, no me fue fácil llegar aquí, no me malgastes.
El río por lo bajo.
-Bien, los dejo solos.-dijo el presidente en alto para que todos los que estaban ahí se largaran, si no hubiera sido por eso no me hubiera percatado del escandalo que habíamos armado.
Él dio media vuelta y camino. ¿A donde? No tengo ni la menor idea.
Lo seguí.
Salió de La Asociación y yo fui tras de él en completo silencio.
-¿Vas a seguirme todo el día gusano?-pregunto después de un buen rato de pasear por el pueblo.
-Se supone que debo hacerlo.
-¿Se supone? Lárgate a hacer tu tarea y dormir que se te hace tarde niño.
-Son las 5 de la tarde-.-
-¿Qué no es tu hora de dormir ya?
-Mira viejo, viniste aquí para enseñarme todo lo que tengo que saber para convertirme en un cazador, no para acobardarte y dar vuelta atrás sin siquiera intentarlo, cuando te vi entrar pensé que al menos tenias un poco de agallas, pero al parecer eres un fracasado, un perezoso y un inútil, hasta ahora has malgastado mi tiempo, y fue lo primero que te dije que no hicieras, así de incompetente eres.
Él me miro fijo.
-¿Vas a mirarme todo el día o vas a comenzar tu trabajo? Mira tú que tantas miradas me hacen pensar que te gusto eh.-bromee.
-Déjate de estupideces niño.
-Vale, ¿Vamos a comenzar ya o me es necesario solicitar un nuevo maestro? No me cae nada mal la idea.
Él solo siguió caminando.
Suspire y di media vuelta camino a La Asociación.
-Da 68 vueltas a la plaza.-lo escuche decir.
Sonreí por lo bajo, era justo lo que estaba esperando.
-¿68? ¿Estas demente? ¡Esto mide alrededor de 130 kilómetros!
-Si, dije que dieras 69, y como te quejas de dar 70, ahora en lugar de dar esas 71, darás 72.
-¿Eh? Eso no tiene sentido.
-¿Te quejas de 73? Vale, da 75 para que tenga sentido.
Respire profundo para no darle una paliza ahí mismo, y comenzó a correr tal como él me pidió.
El bastardo se estaba vengando duro por haberlo insultado.
Cassandra...
-¡Déjame en paz Nicolas! Se que eres tú, se que estas ahí, salde donde quiera que estés, ya para con esto, no puedo, me tienes harta, ya, por favor, tal vez sea divertido para ti, pero no lo es para mí.-dije dando vueltas intentando encontrar a Nicolas riéndose de mi en algún lugar, tenia la voz temblorosa y lágrimas recorrían mi rostro sin parar.
El acoso de Nicolas ya llevaba semanas, sin parar, sentía su presencia las 24 horas los 7 días a la semana, solo su presencia, de vez en cuando me tocaba, encendía cosas, tumbaba cosas, lo escuchaba en mi cabeza, más nunca se mostraba.
Eso era lo que mas me perturbaba.
-¡MUESTRATE COBARDE!
Lo escuche reír sínicamente.
Me encontraba en la sala de baile, esta sala casi no se utilizaba, pero yo venía aquí los martes a practicar danza.
Había intentado abrir la puerta indefinidas veces pero esta estaba cerrada con llave, las luces se apagaron por ninguna razón y las cortinas se cerraron.
Así fue como me di cuenta de que Nicolas estaba ahí.
-DEJAME SALIR MALDITO BASTARDO.
-¿No te he dicho que me hables con mas respeto.... Dulzura?
Apareció de la nada y pase de estar golpeando la puerta a estar con los pies flotando en el aire con las manos de Nicolas alrededor de mi cuello.
-Te ves tan vulnerable, tan débil.-rio.
Yo luchaba por liberarme de él, me constaba respirar.
-¿Qué? ¿Se te fueron las ganas de insultarme? Inmunda.-dijo mirándome con desprecio y escondiendo su rostro en mi cuello haciéndome sentir asco de tenerlo tan cerca.
Le escupí con el ultimo aliento que tuve y el me lanzo al suelo con fuerza, provocando que me resbalara atraves de la sala y quemara con el roce del suelo.
-Auch.-gemí.
-¿Qué? ¿Te dolió? Haber déjame disculparme.-dijo con ironía y me levanto de un tirón del brazo.
-Me lastimas…
-Ese es el punto linda, una puta como tu debería estar pudriéndose en el infierno.
-¿Qué carajos te he hecho Nicolas?-dije aun llorando.
-Nacer, eso hiciste. Eres una porquería que jamás debió de haber existido. Aun no entiendo que demonios te vio, eres una humana, y el pudiendo tener de lo mejor, te busca a ti, una mierda que no vale ni un centavo.
-¿Luke?
-Si, Luke. ¿A quien mas te tiras putita?
-Mira Nicolas, a mi no me faltes al respeto, yo no soy ninguna putita, estúpido.
-Cállate puta. Y no me digas que no lo eres que bien que te traes algo con ese maleducado de tu hermanastro, porque yo se muy bien de eso, puta.
-Tu no sabes nada…
-Se lo suficiente como para decir que eres una puta de segunda.
-Algún día te arrepentirás de esto Nicolas, lo prometo.
-Uy que miedo lindura. ¿Qué harás? ¿Darme con una estaca? JA! Que graciosa.
-Te odio.
-Yo también preciosa.
-¿Por qué me haces esto Nicolas? ¿Por qué no me matas si me odias tanto?
-¿Por qué? Que buena pregunta. –me tomo de los cabellos y me acaricio la espalda y lo detuve antes de llegar a mis muslos.- ¿Por diversión tal vez? La vida no es nada sin un poco de diversión.
-Nicolas no te entiendo, esto que me estas haciendo es completamente estúpido. Si te doy tanto asco ¿Por qué me miras asi? ¿Por qué me acosas… sexualmente?
El me miro confundido.
-Alucinas niña.
-¿Alucino? ¿Acaso son alucinaciones cuando me estoy cambiando y siento que me observas? ¿O fue una alucinación cuando me acariciaste haces unos segundos?
-Estas loca.-me solto con fuerza.- Solo recuerda esto, eres mia.
Desaparecio.
La verdad era que esas palabras habían dejado pensando a Nicolas, era cierto que la miraba de una manera extraña, varias veces la acariciaba, de vez en cuando se acercaba lo suficiente como para conservar su olor.
Nicolas no quería admitirlo, pero la verdad era que….
Tuve algunos problemas para subir el capitulo, perdonen por la espera, comenten porfaaaaa! Casi no veo coments y subire cada que vea mas o menos muchos:D
Las amo y muchas gracias por leer! Ya casi somos 100:)
AAA! o.o q intriga!
ResponderEliminarsubee otro cap pliz!!
Waaaa!!! Me encanto!! Sube sube
ResponderEliminarsoy new !
^^' y me encantooo!
Sube sube '
si puedes sigueme tengo 2 fics "quedate conmigo quiero sentirte mía" & "solo quiero ser diferente"
:D
WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW CADA VES ES MEJOR... ME ENCANTAAAAAAAA
ResponderEliminarTE FELICITOO ESTA MUY BUENA LA FIC n.n
NO PUEDO ESPERAR A LEER EL PROXIMO CAP
BUENO CHAU TKM CUIDATE BESOS